El aire comprimido se genera mediante un compresor que comprime el aire ambiente. Si las impurezas del aire comprimido entran en contacto con el producto final, pueden aumentar los índices de rechazo. Esto convierte a menudo lo que a primera vista parece una solución rentable en una forma muy cara de generación de aire comprimido. Por lo tanto, es esencial que el usuario trate el aire comprimido una vez generado, ya que este aire contiene agua, aceite, partículas de polvo y otras impurezas. En función de la calidad de aire comprimido requerida, estas sustancias pueden causar problemas durante la producción y aumentar los costes de explotación.